miércoles, 9 de mayo de 2012

el gato con botas

El reparto de la herencia de un sencillo molinero no dejó a su hijo Benjamín más que el gato del granero.
Ilustraciones en color de Walter Crane.
Walter Crane-Cat02.jpg
Decepcionado, el hijo consideró comérselo para no morir de hambre, pero el gato resultó estar lleno de recursos, y le dijo: «No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.» El hijo del molinero no pensó mucho en ello y decidió seguirle la corriente. El gato, galantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, se encaminó inmediatamente a una conejera cercana y cazó un conejo. Así puso su gran plan en marcha, yendo al palacio y presentando su caza al rey:

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